Un enlace directo con la acumulación continua de gases de efecto invernadero en la atmósfera ha sido identificado en las recientes olas de calor mortales en el suroeste de Estados Unidos y el sur de Europa, según un estudio llevado a cabo por World Weather Attribution, un grupo de investigación colaborativo conformado por expertos en el clima de diferentes partes del mundo.
El informe resalta el aumento progresivo de estas olas de calor extremadamente intensas. Además, la investigación muestra que el incremento en los gases captadores de calor, principalmente derivados de la quema de carbón, petróleo y gas natural, ha hecho que otra ola de calor en China sea 50 veces más probable, con la potencialidad de ocurrir aproximadamente cada cinco años.
El estudio también descubrió que una atmósfera inmóvil, calentada por dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, intensificó la ola de calor en Europa en 2,5 grados Celsius, la de Estados Unidos y México en 2 grados Celsius, y la de China en 1 grado Celsius.
Basándose en datos de anillos de árboles y otros registros de temperatura, varios científicos del clima sugieren que el calor experimentado este mes podría ser el más extremo que la Tierra ha experimentado en unos 120,000 años, superando cualquier otro período registrado en la civilización humana.
Según el estudio, las olas de calor excepcionalmente intensas que actualmente afectan a Texas, California, Arizona, Nuevo México, Nevada, Baja California, Sonora, Chihuahua y Coahuila están proyectadas para ocurrir aproximadamente una vez cada 15 años en el clima actual.
De acuerdo con el estudio, se prevé que el calor implacable experimentado en España, Italia, Grecia y algunos estados de los Balcanes se repita cada década en el clima actual.
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